Unos parlan más de Bléfari que de Suárez, y es indiscutible su voz su canto en el sonido inmensamente innovador que se chutaban éstos mendigos. Pero tampoco hay que ser tan estúpidos como para prescindir de Suárez. Empezaron hablando y discutiendo y no-siendo una banda. Bléfari menciona que "no eran una banda, sino una excusa para tocar los temas". En 1994 tenían la Hora de no ver, que sería la puerta pateada por una muchedumbre de canciones espiralidosas, sumamente originales en un ámbito de aburrimientos y monocromáticos acordes en el rock argentino. Lo que llama la atención de ellos es su fácil desarrollo musical, que nos descubre la sencillez de la belleza (envés), la flor abierta que hay en unos pocos acordes y unos baqueteos de caverna estéril.
Yo (caprichosamente les cuento) los escuché por primera vez en mi casa, a las 2 a.m., el disco de Excursiones. Llegué al final del disco retorciéndome en un cuarto empolvadísimo, casi chillando por los temas que parecía me hablaban por mi nombre.
1994 - Hora de no ver
1995 - Horrible
1996 - Galope
1999 - Excursiones
2000 - 29:09:00 (Tributo a Le Mans)
Yo (caprichosamente les cuento) los escuché por primera vez en mi casa, a las 2 a.m., el disco de Excursiones. Llegué al final del disco retorciéndome en un cuarto empolvadísimo, casi chillando por los temas que parecía me hablaban por mi nombre.
1994 - Hora de no ver
1995 - Horrible
1996 - Galope
1999 - Excursiones
2000 - 29:09:00 (Tributo a Le Mans)
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