jueves, 27 de noviembre de 2008

Sé que no tengo remedio.
Estoy atrapado en cierto modo
por cada fruto de cada árbol del Edén
y quiero salir.

Ejercer mi libertad
de una u otra forma
es rozar el cielo y el infierno.

Y que chingue a su madre todo lo demás.
Y antes de su ejecución, bajo un sol grisáceo como todos los ojos de todas las muertes, otro de los condenados preguntó a Maximiliano: entonces ¿éste es el fin? No lo sé, contestó, es la primera vez que me fusilan.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Entonces tomé el librito de la mano del
ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como
la miel, pero cuando lo hube comido,
amargó mi vientre.

El apocalipsis 10:10


He ahí el hombre ahogado en el riachuelo de su sangre.

Se arrastra, muerto, quizá dormido,
y vio Dios que era bueno.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Del monosílabo parte, génesis dulzura y porvenir



Destruyo las gavetas del cerebro y las de la organización social:
desmoralizar por todas partes y echar la mano del cielo al
infierno, los ojos del infierno al cielo, restablecer la rueda
fecunda de un circo universal en las potencias reales y en la
fantasía de cada individuo.

Tristán Tzara, Manifiesto Dadaísta.


1
El ambiente huele a sexo.
La pluma es el falo de la creación
y una vez consumada la erupción e inaugurado
nuestro pequeño Edén hermético,
sílaba Ah, sílaba Ve y sílaba Sé
van calentando las respectivas once letras
de su libertinaje
frotándose las manos
antes del coito colectivo.

2
Y comenzó el árbol genealógico
a enterrarse a sí solito:

Sé ah ve
Ve eh só ah yá
Sé la cué va
La ah berintó un sin pa só
Sí la bá ¡sé ah ve!


Y esos son tan solo unos ejemplos de la familia.
Nietos heterogéneos, descoyuntados o torcidos;
abuelas de ojos dulcemente azules,
hijos del mismo acento que la madre
y padres quizá más hijos que el abuelo.

El paisaje el árbol genealógico genial
y lógico.

Y así fue.


3
Preñada la palabra (Ah) bre las piernas
y expulsa letras en propulsión a chorro.
Ya no se distingue cuál es cuál,
se reproducen como liebres
en este pastizal amarillento
(arriba el sol, lánguido foco
que cae de rodillas, charco de luz
que se derrama
aquí).

Sólo diviso en la llanura
esta discordia
esta neurosis
esta locura
de palabras que nacen mueren y se ahorcan
se agarran del pescuezo montan y copulan
se multiplican
insaciablemente
camadas de palabras
perrunas y felinas.

Eso sí. Para callar la palabra hay dos opciones:
cerrar de nuevo la página y caminar con la orgía circense
en pleno espectáculo dentro del cráneo
o correr el riesgo de resultar mordido y arañado
por yotúelnosotrosustedesellos
y ellas, porque el verbo
se hace carne
y salta sobre su creador.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Irónicamente esto se ha vuelto un medio en donde el arte puede mirarse de cerca, criticarse y ascender o descender, según el caso. Las tecnologías bien utilizadas pueden dar a flote algo que no es en sí la tecnología, sino el conocimiento. Éste conocimiento es el que se debe de asimilar por medio de la razón, para no ser una enciclopedia sino un ser humano, homo sapiens, como le dicen sabrá Dios por qué. Me gusta mucho una cita de Goethe en Las desventuras del joven Werther: cualquiera podrá tener todo el conocimiento del mundo, pero nadie podrá tener mi corazón. Esto ¿qué nos dice? Nos dice que nos urge un corazón.